Una Pesadilla de Colores

Amarillo, rojo y turquesa era el cielo. Blanco, celeste y tornasol la bahía. Pero solo marrón su alma. Viajaba en busca de la gente como él. Y, sin esperar sorpresa alguna, se sorprendió cuando vio almas amarillas, pero el cielo había cambiado, todo era gris, los colores no combinaban en este lugar, el tenía que salir de ahí o moriría de soledad, tenía que buscar colores como fuera, no podía ser que el viviera sin color alguno para mirar. Insólito, salto una pared de diez metros y corrió hacia el sol. Ahí encontró que todo tenía otro color, el horizonte subió y con el cielo se encontró, miro a su alrededor y solo hayo estrellas de plata, pero no plata, solo estrellas. Por fin murió, o eso le pareció, cuando unas raras creaturas diviso, su luz le hizo creer en Dios, pero al acercarse tembló, los verdes estos nada hicieron, entonces él, del dolor en la cabeza despertó, y a la mesita de luz insultó.